Queridos ciudadanos españoles,
El día de hoy será recordado como una jornada negra y triste, una más en vuestra ya maltrecha historia de violencia y fracaso. Una supuesta democracia, un supuesto Estado de Derecho, que en realidad es una falacia, una gran mentira a la que habéis decidido obedecer a cambio de la garantía de unidad de una patria inexistente.
Ciudadanos españoles: hace años que habéis decidido ceder cualquier atisbo de democracia a unos oligarcas que nos roban a todos, que distribuyen entre ellos (y sus cómplices) todo aquello que nos hurtan, y que tapan sus fechorías con vuestra tan apreciada bandera.
Ciudadanos españoles: habéis concedido vuestra legítima soberanía a estos oligarcas que llevan años inculcándoos odio hacia las naciones periféricas. Oligarcas apátridas, corruptos, ladrones, que han construido un enemigo al que atacar cuando ven peligrar ligeramente su ilimitada cuota de poder.
Ese enemigo somos nosotros, las naciones periféricas, útiles solo como elemento al que atacar para despertar vuestro irracional nacionalismo patrio. Un nacionalismo totalitario, filofascista, en el que la mayoría demostráis sentiros cómodos cuando os dedicáis a blanquear actuaciones violentas de grupos fascistas que actúan con total impunidad, también por vuestras calles.
Llevo años queriendo entender el por qué. Cuál es ese conflicto interno que subyace en vuestros actos de odio. Nunca habéis comprendido que quizá, solo quizá, la cultura y diversidad catalanas podían considerarse una riqueza española. Nunca habéis entendido que el desarrollo económico de la periferia podría redundar en un mayor beneficio para todo el Estado. Habéis dejado que os vendieran como una afrenta a vuestra supuesta nación cualquier petición procedente de las naciones periféricas. Habéis preferido considerarnos el enemigo insolidario, aquél que habla en catalán, o en euskera, o en galego, solo para molestaros. Aquel enemigo que es necesario destruir porque intenta proteger su cultura, su pueblo, su gente. Aquel enemigo al que le deseáis cualquier daño físico y/o moral, con tal de preservar un territorio que nunca habéis querido conocer.
Y así nace, crece, se alimenta y se hace mayoritario el independentismo. Existe como acto de resistencia a vuestro nacionalismo totalitario. El independentismo es reactivo a vuestro odio. Ese odio que necesitáis, que os habéis dejado inocular, porque sin él no tenéis patria a la que agarraros. Vuestra patria vuestro sentimento nacional, solo es odio hacia los demás.
Sin ese odio no sois nada.
Por eso, no existe ni existirá en Catalunya más dicotomía entre los ejes nacional o izquierda-derecha. Catalunya es independentista, no por nacionalista, sinó como resistencia a vuestro nacionalismo supremacista, analfabeto. Como resistencia a vuestra oligarquía corrupta, elitista, xenófoba.
Ciudadanos españoles: Catalunya nunca será vuestra. Lo lleváis intentando desde hace centenares de años y nunca lo conseguiréis. No será vuestra porque todo aquel que acabe viviendo aquí, venga de donde venga, será víctima de vuestro maltrato. Porque sostenéis esos líderes oligarcas corruptos cuyo único objetivo es mantener bien viva la llama del odio en contra de los territorios que subyugan. Y esos territorios están formados por gentes de todos los orígenes. Repudiáis a aquellos conciudadanos vuestros que emigraron a tierras catalanas buscando una oportunidad que vuestros oligarcas no estaban dispuestos a darles, y que ahora se confiesan independentistas. ¿Por qué? Pensadlo bien… ¿No estaréis haciendo algo mal?
Ciudadanos españoles, sobre todo aquellos que os regodeáis de la injusticia aplicada a vuestros iguales: un día os tocará a vosotros. Recordadlo. Un día seréis vosotros o vuestra familia. Un día vuestros hijos publicarán un tuit equivocado. O saldrán amantes de la música reivindicativa, grabarán y colgarán en una red social una canción con la letra equivocada. O entrarán en el bar equivocado, con la vestimenta equivocada, y se encontrarán con el grupo equivocado de jóvenes bebidos, vestidos de paisano.
Un día quizá vuestros hijos acudirán a una manifestación y ante una agresión flagrante, decidirán ser humanos, intervenir, o grabarla con el móvil, o denuciarla a través de las redes sociales. O quizá, un mal día, vuestros hijos decidan representar una obra artística en un teatro, obra en la que aparezcan unas marionetas (alegoría de aquello que son sus padres), que se muevan y escenifiquen un acto prohibido por el régimen.
Ese día, vuestros hijos, vuestras familias, vosotros, tendréis la vida destrozada para siempre. Ese día, quizá, empezéis a comprender aquello a lo que el independentismo se enfrentaba. Ese día quizá vislumbréis la diferencia entre la democracia y el totalitarismo.
Pero ese día, ciudadanos españoles, no nos busquéis. Estaréis solos.
Porque ni olvidaremos, ni perdonaremos vuestro silencio.
16 febrer, 2018 at 01:22
Adeu. Adeu. A-fucking-deu. El sentimiento ya es mutuo para mí y muchísima gente que conozco. Y en casi la totalidad de los casos no pensábamos así hace un año, pese a lo que os cuenta la prensa allí sobre el anti-catalanismo en España. Te puedes ahorrar tus “cartas obertas” a los “queridos españoles” llenas de hipérbole, generalizaciones ignorantes, e insultos. No nos conoces como crees, y no nos interesa tu opinión en absoluto.
Sería mejor que nos separemos y no miremos hacía atrás. En eso estoy de acuerdo contigo y espero que el momento llegue cuanto antes para acabar con esta situación (confieso que al pensarlo me da un sentimiento de alivio total – una pequeña pista de que es el camino correcto a tomar). No nos entendemos y ya no nos interesa a nosotros compartir nada con vosotros. Por mi incluso que prioricemos a los demás vecinos después de vuestra independencia. La forma de pensar y ser de catalanes y españoles no es compatible y no haremos buenos aliados.
Es una lástima que los políticos españoles actuales no ven la realidad. Mi generación seguramente os dará el referéndum y esta pesadilla se habrá terminado para ambos.
16 febrer, 2018 at 23:00
Ay Mateo, qué desastre todo. Qué hartón de llorar te haces, cuan ofendido estás y qué bien te va la carta de un solo catalán para seguir haciendo lo que seguro mejor se te da: mirar hacia otro lado cuando la represión no te afecta. Que es exactamente lo mismo, estoy más que convencido de ello, que hacías un año atrás. Mucho bla bla bla delante unas birras y poco más, ¿verdad Mateo?
Adéu Mateo. Adéu (con tilde por favor). Sé feliz dirigiendo tu mirada, junto a tu ofensa, bien lejos de mi carta. Solo te agradezco que demuestres lo certera que es.
PD: tu generación seguirá sin dar nada a nadie, como siempre habéis hecho. Lo que consigamos, si lo conseguimos, será porque os hemos/han obligado a tragar. Será mejor que aceptes de una vez (me refiero a mejor para ti, por todo eso del autoengaño) que cualquier atisbo de algo similar a la tolerancia está muy lejos de la sociedad española.
6 gener, 2018 at 21:10
Vull fer retuit d’aquesta carta, pero no trobo com fer-ho. Et segueixo a twitter, pero allà no la he trobat. Hi ha alguna manera?